Tratando de ofrecer una alternativa ante el modelo asistencialista y vertical tradicionalmente asumido por la mayoría de las iglesias, y con la finalidad de acabar con el temor a lo diferente y la interpretación descontextualizada de las Sagradas Escrituras, nace la Comisión de Diversidades de la ILCO. Sus principios pretenden la reconciliación, el amor, pero nunca el juicio y la condena.