La libertad cristiana nos abre posibilidades de realización en todas las dimensiones de la vida, incluida la sexualidad. Tradicionalmente a muchas personas se nos han enseñado que nuestro cuerpo y nuestra sexualidad son motivos de temor, miedo y vergüenza, pero en Cristo descubrimos la libertad del amor, la solidaridad y la fuerza del Espíritu que se transmite por nuestros cuerpos.
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El mensaje de Jesús nos invita pero no nos presiona, nos indica constantemente el camino al reconocimiento de la dignidad propia y de las demás personas. Conocer nuestro cuerpo y los derechos es parte de esta libertad. El cuerpo representa la dignidad personal, nada en él es indigno o penoso, todos los miembros tienen una función, son valiosos y diversos como nuestras comunidades humanas. (1 Cor 12)
En la Décima Asamblea de la Federación Luterana Mundial (2003) se hizo un llamado a las iglesias miembros a que, al igual que ellos, se comprometieran a “animarse y apoyarse mutuamente en:
a) Un estudio y diálogo respetuoso sobre los problemas de matrimonio, familia y sexualidad humana, abordando de forma adecuada las necesidades de cada iglesia miembro y
b) La defensa de los derechos humanos y de la dignidad de todo ser humano sin distinción de sexo u orientación sexual”.
En este marco, la ILCO desea promover los derechos sexuales y los derechos reproductivos. He aquí las implicaciones del DERECHO A LA LIBERTAD Y AUTONOMÍA SEXUAL.
Todas las personas tienen derecho a tomar decisiones sobre su cuerpo y su sexualidad. Y esto se expresa en que:
- Cada persona decide cómo quiere vivir y expresar su sexualidad, lo cual implica que cada quine tiene derecho a decidir si tiene relaciones sexuales o no, con quién y con qué frecuencia.
- Nadie debe presionar, condicionar ni imponer valores sobre la forma de vivir la sexualidad.
- Ninguna persona puede ser forzada a tener relaciones sexuales.
- Todas las personas tienen derecho a expresar su orientación sexual y a elegir su pareja sexual.
- Ninguna mujer puede ser forzada a tener un embarazo o un aborto, ni a ser sometida a una intervención sin su consentimiento libre e informado.
- Ninguna persona requerirá autorización de su pareja para planificar con cualquier método. (Cortesía de la Asociación Demográfica Costarricense)
Se recomienda la lectura del documento: “Matrimonio, Familia y Sexualidad Humana”, de la Federación Luterana Mundial, Aprobado en la Reunión del Consejo de la FLM en Lund (Suecia) del 20 al 27 de marzo de 2007. (Versión PDF para descargar al comienzo de esta página).