A principio de agosto en la ciudad de México se llevó a cabo la XVII Conferencia Mundial sobre el SIDA 2008, evento en el cual estuvo presente la Iglesia Luterana Costarricense.
Nombre de autor: Magnus Hedqvist
A este encuentro participaron alrededor de 25 mil personas de todas las partes del mundo, quienes de alguna forma están comprometidas con el tema: tales como médicos, activistas GLBT, trabajadoras sociales, investigadoras, pastoras, políticos, científicos y personas con VIH/SIDA. Los presentes exigieron acciones conjuntas y compromisos para poder enfrentar y terminar la pandemia del SIDA.
Magnus Leonardo Hedqvist, pastor y representante de la ILCO en el evento, notó que el carácter de este tipo de eventos y el enfoque de los discursos han cambiado durante los años. Antes, la perspectiva era que la pandemia era una cuestión médica, y las personas con VIH eran consideradas una población moralmente equivocada, con grandes necesidades de ajustar su comportamiento.
“Es hasta ahora cuando el VIH y el SIDA son tratados más en términos políticos y sociales, de injusticia, de falta de recursos económicos, educativos etc. y todo el mundo habla de los derechos humanos, y del no a la discriminación,” dijo el pastor.
Sin embargo, continua el pastor, aunque muchas personas están conscientes de que las instituciones religiosas juegan un rol complicado, reforzando la exclusión y el estigma, se mantiene que la pandemia sea una cuestión política y social.
Hedqvist plantea que la pandemia también trasciende hasta lo espiritual.
“La división más profunda que nos hace excluir, estigmatizar igual que empobrecer y facilitar la transmisión del virus no está entre opiniones ideológicas ni religiosas ni metodológicas, tampoco entre personas,” dijo el pastor. “La división de raíz está dentro de nosotros mismo. Es la división entre la mente y la realidad de cada momento. Es la tendencia nuestra de no vivir en la realidad, sino en nuestras ideas de la realidad, y son dos cosas completamente distintas.”
Entre los representantes, que incluyeron presidentes, políticos y representantes de Naciones Unidos, estuvo el Obispo estadounidense Mark Hansen que preside la Federación Luterana Mundial. Durante la pre-conferencia, el Obispo realizó un acto de penitencia de lavado de pies a mujeres con VIH, y habló de la necesidad en las iglesias de evidenciar su voluntad y humildad dirigidos a terminar con mensajes y actitudes moralistas.
Para finalizar el pastor Magnus nos comenta que: "Para ser fieles al evangelio transformador de Jesús de Nazaret debemos ir más allá y enfocar la transformación personal de cada uno y cada una."