Este 25 de Noviembre se realizó una nueva marcha contra la violencia a las Mujeres, donde la Iglesia Luterana una vez más se hace presente para recordar, insistir, valorar y unirse a cientos de Mujeres en su lucha por el reconocimiento de sus Derechos Humanos fundamentales.
Como Iglesia salimos a las calles a comprometernos publicamente y anunciar la Buena Noticia de que el patriarcado como sistema de dominación no prevalecerá y esta larga y dolorosa, pero justa y esperanzadora lucha por la Equidad e Igualdad triunfará.
Debemos reconocer que se han dado avances importantes, tanto a nivel de conciencia como organizativo, pero aún falta mucho de voluntad política que permita al los gobiernos entender que los Derechos Humanos son motor de desarrollo y necesitan la participación de todos los grupos para alcanzar una sociedad más Justa e Inclusiva.
Al respecto nos dice la Red Feminista contra la violencia a las Mujeres:
"Exigimos Justicia para todas las Mujeres, no toleraremos más impunidad. La prevención es posible y escencial, pero este gobierno se ha caracterizado por colaborar en la perpetuación de la violencia en confabulación con otros poderes. Este es el momento para que el gobierno plasme sus promesas internacionales y que cumpla con la normativa de los Derechos Humanos de las Mujeres"
Es de gran importancia que la sociedad asuma plenamente su responsabilidad, y nuestra iglesia siguiendo una tradición en la defensa de los Derechos Humanos acompañamos en este camino a las mujeres, organizaciones que han emprendido con valentía estos procesos de equidad. A las iglesias nos corresponde en sintonía con el Evangelio defender los valores y criterios del reino de Dios anunciado por Jesús.
El Pastor Carlos Bonilla, coordinador del Programa contra la violencia intrafamiliar nos recuerda que:
"Cuando los Derechos conquistados se olvidan, se descuidan o no se defienden se pierden. Muchos años costó al Feminismo y a los diversos Movimientos de Mujeres de todo el Mundo las conquistas hacia la Equidad y la Igualdad. Pero todavía para millones de Mujeres la marcha es dura, lento el caminar, recio el sol y las sombras de una opresión milenaria no se borran de un plumazo legislativo">