Los Derechos Económicos de las mujeres se sustentan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En ese sentido, el ejercicio pleno de los derechos económicos de las mujeres se traduce en acceso a recursos financieros y no financieros y contar con un empleo digno en condiciones adecuadas.
La mujer históricamente ha sido relegada a realizar trabajos en condiciones de desventaja y en condiciones inferiores al de los hombres, impidiendo su completa integración al sistema productivo y a su completo desarrollo integral como persona y ser productivo. Esto ha sido una de las principales causas que origina el proxenetismo de la mujer y otras actividades que la denigran.
La falta de experiencia, las limitaciones económicas, el temor a realizar cambios que impliquen riesgos, la falta de acceso a capacitaciones son factores producto de una cultura patriarcal.
De la mano a la corriente que reclama sus derechos en las Iglesias, en la Sociedad y en la política, nos sumamos a la causa impostergable de promover la reflexión en las relaciones entre mujeres y hombres desde un punto de vista ético basado en la justicia y en las enseñanzas de Jesucristo.
Consideramos que se debe fortalecer prácticas que eliminen la discriminación y opresión de los sectores socialmente excluidos de la sociedad. Por ello, ha sido importante para nuestra iglesia emprender tareas innovadoras tanto personal como social.
A través de los años hemos invitado a los compañeros, esposos, hijos e hijas y padres a unirse a nosotras, a reflexionar en los aspectos de justicia y equidad, todavía tan ausentes de las relaciones entre hombres y mujeres.
Antecedentes y proyectos
Nos dimos a la labor de capacitar desde hace 7 años a mujeres de poblaciones de estratos socio económicos pobres que viven en niveles de subsistencia. Desde el principio nuestro fin ha sido incrementar su creatividad y destreza con el fin de desarrollar iniciativas artesanales como alternativas para generar empleo e ingresos.
En el marco de construir equidad de género en el reconocimiento y acceso a derechos económicos, orientamos nuestra intervención, fundamentalmente, a facilitar a las mujeres el acceso a la capacitación, a fortalecer y desarrollar sus capacidades y actitudes, a visibilizar y promocionar su trabajo.
Por medio del área de comercialización y producción para la Participación Social se promueve la intervención activa de las mujeres a través de diversas acciones tendientes a mejorar sus condiciones de vida tanto en la familia como en la sociedad y el trabajo. Nuestros objetivos son sociales y de género por ello buscamos dotar de trabajo a nuestras mujeres con remuneraciones justas.
El trabajo con la mujeres ha sido vital en lo que respecta movilizar a la comunidad y son la más activas promocionando las celebraciones, los estudios bíblicos, los cursos sobre medicina natural, corte y confección, manualidades y pintura.
Desafíos
- Activar – dinamizar los espacios creados en ILCO para las mujeres (Comisión y el intercambio bimensual).
- Mantener contactos y coordinaciones con delegaciones y visitas del extranjero para comercializar artesanías.
- Construir parámetros comunes que guíen las diversas acciones que se hacen en ILCO para las mujeres.
- Integrar abordaje de temas diacónicos con espacios de reflexión bíblico teológica.