En conmemoración del día mundial de la oración, la ILCO celebró su devocional mensual organizado en esta ocasión por la Comisión de Mujeres, y con la compañía de la Colectiva por el Derecho a Decidir.
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La ILCO comenzó su acostumbrado espacio devocional con la lectura de los tres primeros capítulos del libro de Job, conmemorando el día mundial de la oración, este año celebrado en Guyana.
“Señor, abre nuestros oídos para tu palabra.
Abre nuestro entendimiento para Tu verdad.
Abre nuestro corazón para que amemos a los demás como tú nos amas.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.”
A partir de esta invocación, se realizo una dinámica con versículos que fueron colocados en las sillas de cada participante para luego ser compartidos y comparados con la realidad actual de nuestro país.
Como oración final se rescata en siguiente texto:
Que la fuerza de Dios nos sostenga
que el poder de Dios nos guarde
que la sabiduría de Dios nos enseñe
que la mano de Dios nos rodee
que las huestes celestiales nos protejan de las tentaciones del mundo
que Cristo sea con nosotr@s
Cristo ante nosotr@s
Cristo dentro de Señor simpre nos acompañe
hoy y por toda la eternidad. Amen.
En la segunda parte del devocional participó la Colectiva por el Derecho a Decidir, un grupo dedicado a realizar actividades de incidencia política por la despenalización del aborto, ellas compartieron con pastores, líderes y miembros del equipo de la ILCO su experiencia en la lucha por los derechos de las mujeres.
En su presentación se expusieron definiciones sobre el aborto, estadísticas sobre el fenómeno y principalmente razones para salvar las vidas de mujeres. Además de su propuesta colectiva acerca de la necesidad de despenalizar el aborto en los casos de violencia sexual (violación, incesto, embarazo en niñas menores de 13 años, explotación sexual comercial con mujeres menores de 18 años) y malformaciones incompatibles con la vida.
Según el Colectivo, la penalización del aborto discrimina entre hombres y mujeres, puesto que las éstas son las que responden ante la ley; discrimina a unas frente a otras por razones económicas; exponiéndolas a realizarse abortos inseguros que pueden tener complicaciones; antepone una vida potencial no nacida al disfrute de los derechos humanos de las mujeres; la penalización pone en riesgo la salud física y mental de las mujeres por lo que se vuelve un problema de salud pública; y contribuye a la mortalidad materna.
Desde su perspectiva, la lucha por la despenalización del aborto pasa por la necesidad de buscar una maternidad libre, deseada y segura, lo que significa eliminar el castigo penal, reformar el código penal y avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres. Ellas subrayan que “las mujeres deciden, la sociedad respeta y el Estado garantiza”
Sí usted desea conocer más sobre el proyecto de despenalización, puede descargar al comienzo de esta página la presentación en PDF sobre “los impactos de la penalización del aborto en la vida de las mujeres y en la sociedad” realizada por el Colectivo por el Derecho a Decidir.