La Comisión de Mujeres manifiesta profunda preocupación por los femicidios que está experimentado Costa Rica, lo cual está estrechamente relacionado con gran cantidad de expresiones de violencia, que demuestran la relación de poder y control (incluso la vida), que en la mayoría de los casos es ejercida por el hombre.

Una de estas expresiones es la violencia de género, que implica abusos físicos, mentales, económicos, sociales, espirituales, sexuales y psicológicos hacia las mujeres y sus familias. Al hablar de familia también deseamos resaltar que con cada femicidio (máxima expresión de violencia de género) en la mayoría madres; quedan niñas y niños huérfanos, devastados por el dolor y una pérdida inmensa e irreparable como lo es su Madre, lo cual termina formando un trauma en los hijos e hijas, así como en otros miembros de la familia.

Nuestra sociedad tiene la responsabilidad, de velar por una Justicia de Género real, que pueda garantizar una sociedad solidaria e inclusiva para todos sus habitantes, y en especial con las Mujeres y niñas a quienes se les debe garantizar el derecho a vivir sin miedo. La Comisión de Mujeres hace también un llamado a los actores sociales, gubernamentales, privados de nuestro país, a brindar su apoyo a la prevención de la violencia intrafamiliar, creando espacios inclusivos y de diálogo en este importante tema y de esta forma hacer frente a una sociedad machista y patriarcal.

Esta violencia, también es una pandemia, de las más devastadoras y persistentes de la historia, que ataca no solamente a las Mujeres, sino que también atenta contra los Derechos Humanos, y muchas veces gozando de impunidad.

La Iglesia Luterana Costarricense ha venido impulsando el programa Prevención de la violencia intrafamiliar, mediante el cual se pretende disminuir el alto Índice de violencia que afecta la sociedad y mediante diferentes actividades aprovechar al máximo el recurso humano existente en las comunidades e implementar prácticas concretas que fortalezcan la formación de líderes y equipos propios comunales.

Una de las actividades para enfrentar este problema social de la violencia, se realiza en la Comunidad de Hermanos (as) de Jesús en Alajuelita donde, se ha instaurado un espacio llamado “Noches de Té” mediante el cual se pretende reunir a las mujeres con el fin de reflexionar sobre diversos temas, tales como violencia intrafamiliar, derechos humanos, autoestima a la luz de la palabra de Dios.

Este espacio “Noches de Té” brinda la posibilidad de experiencias, dinámicas, consejos y una tacita de té, y en conjunto encontrar un soporte emocional en medio de esta pandemia, la violencia a las mujeres y ahora se suma el covid-19. El grupo “Noches de Té” agradece profundamente a la Iglesia Luterana, que ha hecho posible la apertura de este espacio psico- pastoral, el cual facilita un acompañamiento en este caminar por sendas de Justicia, Equidad y crecimiento espiritual.

Hoy nos juntamos; Mujeres de la Iglesia Luterana para expresar nuestra preocupación, el dolor ante estas pandemias que causan violencia, odio y muerte. El sistema patriarcal sitúa a las Mujeres en un lugar de desventaja, muy lejos del evangelio de Jesús y cada más se convierte en una amenaza para la vida, pero no podemos quedarnos en silencio, pues es responsabilidad de todos y todas poner atención a lo que sucede a nuestro alrededor, eso puede salvar la vida de una mujer.

En la Biblia leemos en Lucas 13:16,17: "Y a ésta que es hija de Abraham, a quien Satanás tuvo atada durante dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en sábado? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él"

Exhortamos a las iglesias a crear espacios de reflexión y diálogo, para iniciar un proceso de sensibilización, el desaprendizaje de los roles impuestos por un sistema y estructura patriarcal, que causan muertes físicas, psicológicas y mucho dolor en las familias.

NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS – NO MAS NIÑAS Y NIÑOS HUERFANOS