Este programa cuenta con los siguientes servicios:
- Asesoría jurídica en la legalización de organizaciones indígenas
- Defensa jurídica ante la invasión de tierras
- Cedulación indígena con talleres de formación para promotores jurídicos indígenas en la defensa de sus derechos.
- Un albergue para 20 personas para cuando los indígenas vienen a realizar gestiones ante las entidades gubernamentales en cuanto a caminos, salud, educación etc;
- La canalización de medicinas y alimentación ante los constantes desastres naturales que sufren las zonas indígenas.
- Actividades permanentes de reflexión sobre la ‘Religiosidad indígena, fe cristiana y vivencia ecuménica’.
Paralelamente la iglesia participó en un sinnúmero de eventos que se realizaron de cara a los “Quinientos años de la invasión a estas tierras”. Esto permitió profundizar con encargados de la pastoral indígena católica y dirigentes indígenas las repercusiones de la presencia cristiana en sus comunidades (católica, protestante, sectas) y que rol debía jugar una iglesia popular que trabajara en un pleno respeto a la autodeterminación indígena.
La IlCO ha hecho importantes intentos para promover la justicia propia, valiéndose de este valioso instrumento que es el derecho consuetudinario y animando la constitución y el funcionamiento de Tribunales Consuetudinarios en las reservas indígenas.
Definitivamente por las acciones de este programa (pero probablemente también por el trabajo que hace varios años se realiza en este campo) se han formado un grupo importante de personas con gran capacidad técnica, al grado de que algunos tienen destrezas en el seguimiento de procesos judiciales y administrativos relacionados con temas territoriales y de organización. Se cree que el discurso básico de defensa de los derechos indígenas que el programa ha impulsado a lo largo de los años ya ha sido interiorizado y es expuesto con gran propiedad por algunas de estas personas indígenas que tratan el tema.
Por otra parte, pese a que se propusieron metodologías y contenidos necesarios para llevar a cabo las capacitaciones, éstas no fueron enteramente interiorizadas por las personas indígenas que se encargaron de transmitirlas, lo que ha dificultado ampliar la transmisión de conocimientos. Además el número de actividades previstas para lograr los objetivos de la transmisión de conocimientos no ha sido suficiente para incidir de manera sostenida en el salto cualitativo que se debe dar para cambiar los paradigmas que mantiene la situación injusta que viven los pueblos indígenas. Ante esto es necesario mejores técnicas didácticas (preferiblemente a cargo de especialistas), así como materiales y publicaciones más difundidas.
Solidaridad activa a luchas indígenas:
En este aspecto se mantiene el programa como uno de los pocos existentes en el país que brindan este tipo de apoyos. Además el espacio de infraestructura que en el último año se levantó para consolidar un albergue resultó tener condiciones más adecuadas. No obstante se ha dificultado el desarrollo de un sistema de apoyo para emergencias y la consolidación de un sistema que evidencie un mecanismo organizativo entre el programa y las organizaciones o líderes indígenas que requieren apoyo. Por otra parte los recursos económicos son cada vez más exiguos en razón de los aumentos excesivos de las tarifas de transporte y el aumento en los productos de la canasta básica alimenticia.
Alianzas y coordinaciones
Entre los alcances se destaca que se lograron consolidar los encuentros que dieron como base la creación de un ente que coadyuve en la planificación y coordinación de acciones a través de un “Consejo Asesor Indígena”. Con las entidades que se ha coordinado en ciertos espacios hay relación fluida y de confianza que a su vez coadyuva a dar mejores apoyos a las comunidades indígenas; y con las entidades indígenas se mantienen relaciones de absoluta cordialidad y colaboración. Respecto de las restricciones se identifican dificultades para establecer una red de apoyo y solidaridad por falta de coordinación o de interés de organizaciones no indígenas que realizan trabajos con comunidades indígenas, las cuales funcionan para asuntos muy específicos y coyunturales. Hay ciertas organizaciones no indígenas que llevan a cabo acciones que resultan básicamente incompatibles con la concepción histórica que desarrolla el Programa de ILCO; del mismo modo estas organizaciones no indígenas con las que no se tiene relación en la mayoría de los casos están concentradas en dimensiones de la problemática indígena muy diversas a las que el programa ejecuta (el aspecto jurídico). Por último no se ha podido crear una estrategia de relación con entes gubernamentales quizá por las relaciones hostiles con el ente estatal indígena CONAI.
Economía familiar y local
En este campo los principales aciertos corresponden a los procesos desarrollados con grupos de mujeres fundamentalmente en las comunidades de Guatuso, Cabagra y Quitirrisí, quienes han mostrado interés por continuar el aprendizaje y fortalecer la organización a pesar de los conflictos internos de la comunidad. Algunas mujeres venden sus productos para complementar sus ingresos económicos y se logró además articular esfuerzos con grupos de niños y niñas en comunidades indígenas de la zona sur, con los cuales se desarrollaron capacitaciones en torno de la medicina natural y la producción orgánica. Las limitaciones en este campo están relacionadas principalmente a condiciones adversas del entorno comunal tales como fuerte empobrecimiento de las zonas, falta de empleo, jornadas laborales informales para las mujeres, zonas alejadas y/o con difícil acceso, pocos servicios de luz, agua y transporte, nula disponibilidad de capital para inversión productiva, pocos puntos favorables para la comercialización de productos al sector turista, inadecuada infraestructura para capacitación, conflictos entre los miembros de asociaciones locales entre otras.