Alrededor de 150 personas de agrupaciones ambientalistas, indígenas y grupos universitarios, se hicieron presentes en la embajada de Panamá en San José para protestar por los actos violentos entre la policía panameña y los grupos indígenas Ngöbe- Buglé.

La noche del martes el gobierno de Panamá dio un primer paso para acercarse a negociar con los Indígenas Panameños, quienes exigen una ley que prohíba la actividad minera y el desarrollo de plantas hidroeléctricas en sus comarcas (territorios indígenas).
 
Los indígenas cerraron por varios días la carretera Interamericana y otras vías de comunicación para presionar al gobierno panameño.
 
Los bloqueos provocaron un violento enfrentamiento entre los indígenas y la policía, con un saldo de al menos dos indígenas fallecidos, entre ellos un menor de edad.
 
A pesar de las negociaciones por prohibir la explotación minera, no se logró detener los planes de construcción de plantas hidroeléctricas, lo cual ha generado que los indígenas del país vecino se muestren desconfiados del gobierno, por lo que no bajan la guardia ante los grandes intereses empresariales en torno a estas actividades.
 
Desde el Programa Indígena de la Iglesia Luterana Costarricense, brindamos nuestra solidaridad con los indígenas Ngöbe-Buglé en esta lucha en defensa de sus territorios, ya que Panamá firmó la “Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas” y los gobiernos se ven obligados a respetar estas decisiones que garanticen los derechos humanos de estas poblaciones.

Autor: Oscar Retana. Asistente Jurídico, Programa Indígena