"No más violencia religiosa contra la Diversidad Sexual", fue el lema de la Marcha de la Diversidad 2016, recordando a las víctimas de la reciente masacre de Orlando, donde perdieron la vida cerca de 50 personas de la comunidad LGTBI.

En Costa Rica la Marcha de la Diversidad fue convocada por organizaciones sociales, Grupos LGTBI, instituciones públicas y la Iglesia Luterana Costarricense.

San José volvió a pintarse de colores este 26 de junio y la Iglesia Luterana Costarricense dijo presente.

Según medios oficiales, esta fue la marcha más grande hasta la fecha, con una participación de 30.000 personas, con la asistencia de múltiples instituciones, instancias públicas, movimientos sociales, embajadas, empresas del sector privado y el gobierno. En el acto central la vicepresidenta de la República Ana Elena Chacón expresó "Costa Rica debe avanzar con mayor agilidad hacia la defensa y promoción de los derechos LGTBI con la afirmación de instrumentos legales que los protejan". Aunque el país ha dado pasos importantes en este sentido, no es suficiente.

Desde las primeras ediciones de la Marcha de la Diversidad, la presencia de la Iglesia Luterana Costarricense ha sido motivo de reconocimiento por parte de los sectores LGTBI. La plena inclusión y participación de las personas sexualmente diversas en la Iglesia ha sido un factor de gran significado en la superación de las raíces religiosas conservadoras de la homofobia. En palabras del Pastor Presidente de nuestra Iglesia: “El testimonio de los luteranos y luteranas a favor de la diversidad es un signo de cambio cultural hacia un mundo más equitativo, pacífico e inclusivo, donde no exista condenación por razón de identidad de género y orientación sexual”

A la marcha asistieron representantes de la juventud luterana, las comunidades de fe de Alajuelita, La Carpio, San Pedro y San Pablo, Diversidad junto a coordinadores de Programas y Proyectos sociales de la Iglesia y los pastores Gilberto Quesada, Geraldina Álvarez, Joaquín Hoering y Abel Moya. La representación juvenil fue de las más representativas con una manta que llamaba a dejar atrás la homofobia y la violencia hacia las personas LGTBI.

Como luteranos y luteranas saludamos además las palabras del Papa Francisco, que en el Día del Orgullo LGTBI expresó: "Creo que la Iglesia no sólo debe pedir disculpas a una persona homosexual que ofendió, sino que hay que pedir perdón a los pobres, a las mujeres que han sido explotadas, a los niños obligados a trabajar, pedir perdón por haber bendecido tantas armas" Sin dudas este pronunciamiento ratifica la urgencia por avanzar hacia un modelo de sociedad más inclusivo, solidario y pacífico.