Como estuvo tu viaje? Es la pregunta que frecuentemente escuchamos después de un viaje. “Divertido, relajante y si viajamos en invierno esperamos contestar “muy caliente”. Sin falta pondremos las fotos en Facebook y vamos a recordar durante la semana el resplandor post vacacional provocado por el descanso y el refuerzo de vitamina D inducido por el sol. Pero cual será la respuesta más correcta?
Posteriormente al viaje un niño se enferma o bien estamos varados en el tráfico y nos recuerda que la vida ha vuelto a la normalidad. El resplandor de las vacaciones es remplazado por las constantes visitas al almacén, el trabajo y la vida familiar.
Entonces como responder a la pregunta inicial? Como podría usted tomar un adjetivo para describir un viaje de nueve días de inmersión en una nueva cultura, país e iglesia? Este fue el desafío presentado por el líder del grupo de Misión George Dalhman de la Iglesia Faith Lutheran en Minnesota.
Diríamos divertido? Por supuesto hubieron muchos momentos de diversión. Aún en el día más difícil de nuestro trabajo en la Comunidad de Chilamate, las risas pudieron ser escuchadas. Además tuvimos la oportunidad de jugar con Giovanni, Amanda, Fabiola, Andrej y muchos otros niños y niñas que llegaron a la iglesia. Cantamos textos divertidos que permitieron romper el hielo en cada encuentro con nuevos grupos infantiles. Verdaderamente fue divertido, pero el viaje no puede ser descrito como diversión.
Es hermoso? Costa Rica es visualmente sensacional. Dios como creador nos presenta esta belleza en forma de ríos, montañas y gran cantidad de tonalidades verdes que uno nunca se podría imaginar. Pero esto no se puede comparar con la bella gente que uno encuentra en el camino, sus sonrisas y la forma en que abren las puertas de su iglesia y hogares para compartir de su vida. Por supuesto fue una experiencia maravillosa, pero no hace justicia a estos Viajes de Misión.
Entonces como se podrían describir estos nueve días de observación, participación, vivencias y respirando una nueva forma de vida?
El encuentro con el Obispo Melvin Jiménez, de la Iglesia Luterana Costarricense fue maravillosa, en donde él nos compartió la visión de la Iglesia basada directamente en el evangelio y nos brindó una esperanza en la desesperanza, ayuda y aceptación para el excluido, dinámicas de trabajo para los empobrecidos, justicia social para los ignorados. Los caminos de un país pobre son difíciles, pero la visión de la iglesia aquí es grande a pesar de la gran limitación de los recursos económicos.
Bien, ayudamos en lo que pudimos. Pusimos repello en las desnudas paredes de la Iglesia en Chilamate y de esta manera ayudamos a fortalecer la estructura ante la llegada de la estación lluviosa, la cual aumenta de intensidad todos los años. Además tuvimos la oportunidad de encontrarnos con el grupo de mujeres de la Carpio, quienes han aprendido diferentes técnicas artesanales con las cuales pueden brindar un apoyo económico a sus familias.
Pero volviendo a la pregunta de inicio; Como estuvo el viaje? Podría responder que este fue un viaje fantástico, de admiración e inspiración, mediante el cual renace una pasión por Latinoamérica y su gente. Un viaje intenso y muy significativo, que nos dio la oportunidad de ver la visión de Cristo hacia una iglesia en acción.
Finalmente oramos y esperamos que este Viaje de Misión sea un cambio de vida para todos y todas. Que este viaje nos de la oportunidad de tener una renovada visión de Cristo y poder ver en nuestra vida una oportunidad de compartir su gran amor y promesa con todos las personas que nos rodean.
Aujtor: Denae Wanwestrienen
Traducción:
Rodolfo Mena