“La naturaleza puede satisfacer las necesidades de todos, pero no las ambiciones de unos pocos".
1.- La bendición Divina a la Gran Familia de la Vida
Dios ha bendecido a cada ecosistema de su creación, y la Ruach (Génesis 1:3), es decir, la Energía Materna de Dios, está presente en todo lo creado, convirtiendo a la Tierra en un Sistema viviente con su propia historia. A través de la Ruach (Espíritu Santo), Dios está activo en cada recurso natural, de ahí, que, la vida en todas sus formas, revela la intimidad, la sabiduría y la bendición del Espíritu Divino Creador. Asimismo, la simetría entre los ecosistemas refleja la visión del universo como un todo armonioso, evidenciando el valor y dignidad individual de cada ser dentro del gran concierto de la Creación.
Según relata Génesis, Dios creó al ser humano y le dio la tarea de cultivar la tierra y cuidarla. La oferta nutricionista estaba basada en los abundantes recursos que prometía la primera Universidad Agroecológica, (el Huerto de Edén). <i>“De todo fruto de los árboles que hay en el huerto podéis comer” (Génesis 2: 15b) El Mandato Cultural (cultivar la tierra) conlleva la responsabilidad de tener presente la presencia continua de la Ruach (Espíritu Santo) en cada orden de la naturaleza. Cuando sé es indiferente a la soberanía y a la presencia de Dios en su creación, es fácil faltarle el respeto a los recursos naturales y tomar decisiones de consecuencias trágicas.
2.- El año Sabático de la tierra y las políticas ecológicas del Jubileo (Levítico 25)
El año sabático consistía en dejar descansar un año a la tierra después de 6 años de trabajarla. Ese reposo tenía una significación ecológica muy importante, para la fertilidad de los suelos, para evitar el deterioro de las demás especies, del mismo suelo y para mejorar la producción agrícola. Se trata de una propuesta ecológica que hace el Dios de la Vida, por lo tanto, es la clave para entender tanto a los recursos naturales como a la naturaleza de los seres humanos.
El sábado de la tierra es una verdadera política ambiental y una excelente terapia para tratar con las desarmonías físicas, mentales y psicológicas que padecemos las personas, como resultado de las exigencias laborales competitivas y de las múltiples fuentes generadoras de estrés. Yavé dio por concluida su Creación, con la celebración del Sábado del mundo y, tanto los seres humanos como las demás criaturas somos coronados por ese Descanso terapéutico.
Según el Pentateuco (levítico 25:4, 17) “El séptimo año será de completo descanso para la tierra, un sábado en honor de Yavé” “No deberán trabajar la tierra cada séptimo año para que la tierra descanse”. (Éxodo 23: 10-11) “No deberán trabajar la tierra cada siete años, sino dejarla descansar para que coman los pobres del pueblo”. Es evidente como, la argumentación ecológica se complementa con una argumentación sociológica.
La propuesta Divina de la ecología de la tierra responde a asuntos de justicia para todas las criaturas, con una preocupación especial por los seres humanos en desventaja económica. Pues, de acuerdo a las políticas del Jubileo, los pobres y los que no tenían derechos legales o los que no tenían familia que cuidase de ellos, siempre tenían acceso a los frutos de la tierra. “Cuando llegue el tiempo de cosechar, no recojas hasta el último grano de tu campo ni rebusques las espigas que se hayan quedado, déjalas para los pobres y los migrantes “indocumentados” ( Levítco 23: 22). Se trata de una legislación Divina que respondía al esquema de justicia entre los seres humanos. Para los pobres y los excluidos socialmente, las necesidades de alimento estaban contemplados en el Proyecto de Vida de Yavé. “La Tierra debe significar VIDA, y no avaricia … La Tierra es una Herencia y no un artículo de consumo” . (Levítico 25: 23-38),
Lamentablemente, en la actualidad, tanto el principio de descanso, como el indiscriminado trato mercantilista que recibe la Tierra, no solo han quebrantado las leyes ecológicas propuestas por el Dios de la Vida, sino que ha desaparecido por completo el respeto a los ecosistemas. La industrialización del agro a llevado cada vez mas químicos sintéticos a los suelos. Los monocultivos han remplazado la antigua rotación de cultivos. Dice don Geico Muller: “ los seres humanos tenemos una guerra declarada contra la naturaleza a tal punto que nos hemos convertido en sujetos de nuestra propia destrucción”.
La celebración del Año Sabático, y las leyes ecológicas registradas en la Biblia son la respuesta al problema de producción de alimentos y a la dignificación de la especie humana conjuntamente con los demás órdenes creados. El sábado nos insta a considerar a la tierra con reverencia, a verla como la Madre Tierra (Génesis 2:7) Ella a recibido la bendición de ser madre (Génesis 1: 11-12, 24).por lo tanto, también es Sujeto que participa del quinto mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre … para que tus días se alarguen (Éxodo 20:12) La Tierra respetada y dignificada producirá los alimentos necesarios para satisfacer las necesidades humanas. Ella tiene una misión socioteológica, de Ella depende el presente y el futuro de los seres humanos y de todos los organismos vivientes.
Jesús, al inaugurar su ministerio mesiánico (Lucas 4:18-19) tomó en cuenta las políticas del Jubileo, lo que indica que las propuestas de Dios continúan como una realidad histórica de armonía y rectitud. Al final de los tiempos, la Tierra será el lugar para el nuevo sistema de cosas, donde la justicia, la esperanza y la armonía macro-ambiental se hacen parte de la historia. Mientras tanto, la producción de alimentos que contribuyan a la salud, la protección del entorno natural y la dignificación de la vida en todas sus formas es nuestra tarea. Amen
Autor: Pastor Nehemias Rivera