Iglesia Luterana Costarricense

CONCASIDA 2007: Carta Pastoral de la Iglesia Luterana Costarricense (ILCO)

logo-artCarta Pastoral de la Iglesia Luterana Costarricense (ILCO) en el marco del V Encuentro Centroamericano de Personas que viven con VIH y el V Congreso Centroamericano de ITS/VIH/SIDA.

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San José, Costa Rica, 5 de noviembre de 2007

“-El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;
a anunciar el año favorable del Señor.”
(4: 18-19)

Hermanos y hermanas:

Desde su fundación hace veinte años, la Iglesia Luterana Costarricense (ILCO) ha optado por acompañar los procesos de reivindicación de los derechos de las poblaciones excluidas en nuestra sociedad. Por lo tanto es relevante para nosotros y nosotras como Iglesia ser parte del V Encuentro Centroamericano de Personas que viven con VIH y el V Congreso Centroamericano de ITS/VIH/SIDA. Eventos que nos retan a ser un signo de esperanza y de buena voluntad, frente a los esfuerzos que buscan reducir el sufrimiento y la estigmatización que todavía viven miles de personas en América Central debido a la pandemia.

Sin embargo, la energía, la creatividad y el amor que estamos colocando en este trabajo, tanto la ILCO así como otras muchas personas en Centroamérica y toda América Latina, chocan una vez tras otra, con fuerzas aún más poderosas: los miedos, la hipocresía, los prejuicios, intereses de poder y prestigio, por no mencionar el amor al dinero. Aquellos poderes, que a menudo prevalecen en las mismas instituciones, grupos de trabajo y no rara vez en las mismas personas, forman gran parte de los obstáculos a lo cuales se enfrenta el acceso universal, promoviendo círculos viciosos de ignorancia y ocultación de la realidad, manteniendo grandes poblaciones en la marginación y la discriminación.

Por eso hacemos un llamado a:

    Exigir un compromiso de parte de los gobiernos y los empresarios, ante los tratados comerciales firmados y los que se firmen en el futuro, para que no atenten contra la calidad de vida de las personas con VIH o las personas en situación de vulnerabilidad en medio de la pandemia.

    Velar porque los gobiernos no obstaculicen, más bien favorezcan una educación sexual integral, oportuna, y fundamentada.

    Instar a los gobiernos para que velen por la existencia de leyes que de alguna manera se opongan a diferentes formas de estigma y discriminación, protegiendo a las personas en los diferentes ámbitos de la vida social.

    Asegurar que las Iglesias busquemos formas concretas para mantener el tema VIH presente de forma transversal en todas las actividades y proyectos.

    Asumir el compromiso como iglesias de revisar y transformar nuestros discursos sobre los derechos sexuales y reproductivos, de manera sincera y profunda, tomando en cuenta la realidad de nuestros pueblos.

    Definir los pasos necesarios para la elaboración de un plan concreto, que permita continuar y fortalecer el proceso de conversión propia, de ser un grupo excluyente a ser una comunidad inclusiva.

Creemos como iglesia en constante conversión y reforma, que con estas y otras medidas nacidas del corazón y de la creatividad de las personas de buena voluntad, podremos lograr hacer realidad el lema del V CONCASIDA: Igualdad, Diversidad y No Discriminación.

“Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo.”
(Gálatas 3:28)

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