En las instalaciones del Centro Manú, en Costa Rica, se realizó el encuentro entre la Iglesia Sueca y sus contrapartes en Centro América, con el objetivo de fortalecer y evaluar la Misión, Visión y Valores de la Iglesia.
La Iglesia Luterana Costarricense, fue anfitriona de la consulta en la que participaron representantes de las diferentes iglesias centroamericanas y por la Luterana Costarricense estuvieron presentes los Pastores Daniel Calero, Abel Moya, Coordinador del Área de Diaconía, Carlos Bonilla, Coordinador del Área de Desarrollo de Comunidades de Fe, el Señor Guillermo Jiménez, Coordinador de Finanzas y la Directora Ejecutiva Xinia Chacón.
La introducción estuvo a cargo del Rev. Erik Apelgard, Director del programa, Relaciones Intereclesiales, quién comentó:
“Estamos en un momento de revisión sobre la Identidad de nuestra iglesia y lo que significamos en un mundo global, con 7 millones de miembros nominales, que significa ser iglesia hoy y qué nos diferencia de otras organizaciones. El desafío es mantener la misión holística, cimentar la confianza y el sentido de comunidad, en donde el diálogo y la reflexión teológica en la gracia y la fe”.
Este proceso viene a fortalecer la identidad, la confianza y la fe entre los distintos niveles y partes del trabajo internacional, recogiendo inquietudes y sugerencias de las bases y así fortalecer la comunicación y estrategias.
Para la Iglesia Sueca, resulta muy importante la relación con las contrapartes, lo cual le permite explorar descubrir y valorar el contexto desde las diferentes experiencias.
Los componentes de este programa están basados en Justicia de Género, Paz, Reconciliación, Sostenibilidad, Seguridad Alimentaria y Salud. Para lograr los objetivos se proponen métodos como la Cooperación, Educación Teológica, Solidaridad, Incidencia y Movilización de Recursos.
Con la implementación de un mecanismo de Rendición de Cuentas y Transparencia el programa pretende fortalecer la relación y la comunicación con las contrapartes, abordando los temas desde los componentes transversales de los Derechos Humanos, Equidad de Género y Medio Ambiente.
Para un cumplimiento de los compromisos se propuso que este mecanismo estuviera basado en las normas HAP, las cuales ayudan a las organizaciones que actúen en nombre de personas afectadas o expuestas a desastres, situaciones de conflicto, pobreza; a diseñar, ejecutar, evaluar y responsablemente presentar una rendición de cuentas. Este mecanismo deberá operar tanto para lo interno de la Iglesia Sueca, como para las contrapartes.
“Queremos seguir trabajando en incidencia, pero construida desde las bases, ser un signo de Dios en la tierra”.