Devocional
El Devocional que organizó el Área de Administración y Finanzas de la Iglesia Luterana Costarricense fue un retorno a la infancia para descubrir en el juego la necesidad de trabajar en equipo, de extender la mano para realizar mejor nuestras metas y descubrir en los otros el rostro humano del cuerpo de Cristo.
Nombre de autor: Comunicación y Relaciones
La inspiración bíblica fue la ideal "Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios y ustedes son un sembrado y una construcción que pertenecen a Dios".
Solidaridad, participación, convivencia y comunicación fueron los pilares que le dieron forma al tema central: el trabajo en equipo.
La motivación inicial fue una toma de conciencia de que el trabajo puede volvernos solitarios, pero es necesario despertar y tener siempre presente que las labores deben ser en conjunto.
Partiendo del símil del cuerpo donde todos los miembros son útiles e indispensables, nos fueron llevando despacio hacia el descubrimiento de que debemos potenciar las fortalezas de cada cual y ayudar a que en conjunto superemos las debilidades para hacer presente y realizar nuestra misión.
La primera muestra de solidaridad fue una oración profunda y vibrante por la pastora Ana Langerak que puso en evidencia el amor y el cariño que sembró en todas y todos los que laboramos en la Iglesia Luterana Costarricense.
Agrupados por colores, los participantes tuvimos la tarea de formar un cuerpo. Para ello cada grupo fue en búsqueda de piezas que le hacían falta al rompecabezas. Al final todos aprendimos que a veces la prisa nos hace sacar la tarea adelante, pero no de forma adecuada. Y que es mejor tomarse un tiempo mayor para perfeccionar cada detalle para un trabajo en equipo coordinado e inteligente. Cada grupo definió luego las palabras claves de la actividad.
La estructuración de los adultos se rompió con ejercicios de calentamiento y la clara expresión de que estamos para servir y no para que nos sirvan, sumado a la consigna de que cada uno es indispensable en las funciones que realiza.
Las sonrisas se dibujaron en los rostros cuando cada equipo tuvo la tarea de mecerse en los pedalos, el carretillo, los zancos o el rueda rueda.
De pronto la estructura de los grupos se rompió para dar pie a una integración donde lo que importaba era que todos disfrutaran y se establecieron vínculos de autoayuda que permitieron a los niños disfrutar su papel y a los adultos asomarse a los sueños de los infantes.
El cierre de la actividad estuvo a cargo de Claudia Mena, quién compartió conocimientos en el proceso de reciclaje y el compromiso de todos y todas por la conservación del Medio Ambiente. Este taller nos indicó: salvemos el planeta. Con una proyección de fácil entendimiento nos llevaron de la mano a comprender los procesos de la reutilización, la reducción, la recolección y el reciclaje.
Este espacio nos abrió pasos a la comprensión de que un mundo diferente es posible.
El devocional fue agua fresca en medio del desierto y punto de partida a la toma de conciencia y la vivencia cercana de lo que significa el trabajo en equipo.