Katarina Lundberg esta de vuelta en casa, después de tres meses en Costa Rica. En este viaje ella trajo consigo una nueva forma de ver lo que significa ser iglesia.
En Suecia frecuentemente estamos con miedo de mezclar la política y la religión, pero para aquellos que no tienen agua potable es difícil de evitar., nos comenta Katarina.
Ahora ella esta en casa, y su viaje fue realizado a través del proyecto Joven en la extensa iglesia mundial.
"En Costa Rica existe completamente otra visión de ver la iglesia y uno lo nota cuando se lee la Biblia y los textos se toman con mucha seriedad. También existe una gran esperanza de que se pueda alcanzar la situación de vida de las personas aún hoy en día."
Katarina Lundberg nos cuenta sobre una demostración en la cual participó:
"Mi participación fue en relación con un tratado de comercio que se debía firmar, pero que solamente iba a favorecer los ricos, mientras que para los pobres la situación sería más difícil. La iglesia estaba presente, como una parte natural y participó bajo la consigna “La Iglesia Luterana esta presente”.
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“La iglesia se encuentra principalmente entre los pobres y excluidos. La iglesia trabaja mucho con apoyo a los refugiados y hasta los indígenas de Costa Rica. Este apoyo esta basado principalmente en asesoría legal a personas a las cuales se les niega sus derechos básicos.
Ahora pertenece Katarina a la congregación de Knivsta, en donde ella trabaja como líder juvenil. Ella nos cuenta que de doce participantes en este proyecto se han quedado a trabajar en las congregacioneso diósesis; esto como forma de darle seguimiento al programa.
Katarina esta convencida que la Iglesia Sueca tiene mucho que aprender de su hermana en Costa Rica. Tres meses en otro país ha dado un nuevo entendimiento, lo cual ha hecho que Katarina también ha cambiado la forma de ver su vida cotidiana.
“El verdadero choque cultural, es regresar a casa”