Dia Internacional por la No violencia contra la mujer:
Dia Internacional por la No violencia contra la mujer:
Presidente Pastor Gillberto Quesada
Casa Abierta Alajuelita
La ILCO en Costa Rica.
La Historia de una Iglesia Sin Paredes
El génesis y el caminar de la Iglesia Luterana en Costa Rica ha sido el trabajo permanente en miras a ser fieles a una misión en la cual somos co-creadores con Dios de esta casa de todos. Somos seguidores de los profetas y de la tarea misionera a la que nos envía Jesús.
1. Época de la conquista
2. Después de la Independencia
3. Más allá de las relaciones comerciales
4. Oposición Católica (1900-1935)
5. Los misioneros luteranos en Centroamérica (1946-1962)
6. Los luteranos en Costa Rica (1963- 1970)
7. Con carácter ecuménico
8. Reafirmación de la dimensión ecuménica luterana (1970-1975)
9. Crisis de los ochentas y la dificultad del accionar pastoral
10. Solidaridad con los movimientos sociales
11. Antecedentes inmediatos a la fundación de la ILCO (1988)
1. Época de la conquista
Cuando España “descubre” América, esta apenas acaba de liberarse del dominio árabe-moro en1492.
Siendo los españoles los más fuertes defensores del catolicismo romano, el catolicismo español fomentó la Inquisición, la cual fue extendida a todas las colonias que estaban bajo su dominio. Estas circunstancias hicieron muy difícil que el protestantismo se introdujera en las colonias españolas.
Por su parte, al momento de la conquista de México (1519-1521), Lutero escribía los famosos tratados que llegaron a ser después el fundamento de la teología protestante y por los cuales, este fue luego fue excomulgado.
En esa misma época, Inglaterra disputaba al domino español del nuevo mundo. Piratas como Drake o Morgan atacaban el comercio de España con sus colonias.
Así fue como bajo esta vía el protestantismo entró a varias islas del Caribe y la costa Atlántica de Centroamericana. Sin embargo, sólo se instaló en regiones alejadas de la vida de las colonias hispanoamericanas, pues por lo general los españoles se establecieron en el interior del istmo centroamericano, en regiones montañosas y frescas y por la costa del Pacífico.
2. Después de la Independencia
La independencia Centroamericana tuvo como anhelo principal la libertad política y comercial, más que religiosa.
Pero fue a través de las relaciones comerciales con países protestantes, donde el protestantismo hizo presencia en lo que habían sido colonias españolas.
Por ejemplo, en 1843, llegó a Costa Rica el capitán William Le Lacheur, inglés y protestante ferviente y piadoso, que llevó café costarricense por primera vez a Inglaterra. Así fue como se iniciaron relaciones comerciales con este país.
Por su parte, los países centroamericanos observaron cómo los países protestantes europeos tenían un mayor desarrollo (Holanda, Alemania, Suiza, los Escandinavos, Inglaterra), y vieron como salida a su situación de pobreza crear tratados de comercio con estos territorios.
Asimismo, con las relaciones comerciales también se iniciaron lazos de amistad que permitían libertad religiosa a los inmigrantes europeos en los países centroamericanos.
En el caso de Costa Rica se dio con Alemania en 1848, con Inglaterra en 1849 y con E.U.U.U. en 1851.
Las condiciones políticas de Europa producidas por la revolución de 1848 motivaron a que los alemanes vieran en Costa Rica un lugar de refugio.
Para 1864 habían en Costa Rica 284 protestantes, con una población total de 120.499. La mayoría estaban dispuestos a abandonar su fe para casarse con señoritas costarricenses.
3. Más allá de las relaciones comerciales
Por su parte, los ingleses demostraron más interés en practicar su fe. Desde 1848 el capitán Wiliam Le Lacheur había conseguido permiso para celebrar cultos en las casas, hasta que se construyó un templo. El primer pastor fue el médico Ricardo Brealey, o bien, a veces oficiaba el cónsul inglés Ricardo Ferrer, quién construyó el primer ferrocarril en Costa Rica.
Así fue como a fines del siglo XIX, el protestantismo penetró en el pueblo hispano animado por el liberalismo y por el anticlericalismo en los círculos intelectuales y políticos costarricenses.
4. Oposición Católica
Al llegar el año 1900 ya habían sido bautizados 190 creyentes aproximadamente. El período de 1900- 1935 es conocido como un período de fuerte oposición católica y un lento crecimiento del protestantismo.
Dos momentos significativos en esta época fueron la celebración de cultos de la Iglesia Metodista de 1919 en San José, Alajuela, San Ramón, y el establecimiento en 1921 de la “Misión Latinoamericana”.
Años después, en 1923 se fundó el Seminario Bíblico Latinoamericano, el Hospital Clínica Bíblica en 1929, el Templo Bíblico (edificio evangélico más grande de Centroamérica en aquella época) y el Hogar Bíblico en 1932.
De 1935 en adelante se da un crecimiento del protestantismo como fruto de las campañas promovidas por Enrique Stracke que llevaron a la Alianza Evangélica.
En esta etapa los luteranos que vivían en Centroamérica eran producto de las familias alemanas que migraron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En Costa Rica, en particular, estos invirtieron en actividades productivas que les dejaron beneficios económicos significativos, pero no albergaban ningún fin misionero.
Los luteranos de esta época celebraban sus cultos en su propio idioma, dejando a los nativos tranquilos en su “mundo católico”, y en la mayoría de las ocasiones se permitía a luteranos casarse con personas de origen católico.
5. Los misioneros luteranos en Centroamérica (1946-1962)
La orientación general de los misioneros era similar a cualquier iglesia histórica como lo fue realizar obras sociales como complemento a la Palabra de Dios tales como escuelas, clínicas y trabajos agrícolas.
En buena tradición luterana, la predicación y enseñanzas se distinguían por un contenido intelectual bien desarrollado. Mientras tanto, el trabajo pastoral sufría de limitaciones bastante serias, entre ellas, las deficiencias del manejo del idioma.
Se dio un celo misionero por parte de los líderes naturales ante aquellos grupos que se desprendían de las iglesias evangélicas existentes para afiliarse con la nueva iglesia, lo que produjo una ampliación y extensión del luteranismo que pasaba de una aldea a otra vecina.
Ejemplo de ello, la extensión de la obra luterana en Centroamérica por medio del programa radial “ La Hora Luterana” . En el caso particular de Costa Rica este programa fue la puerta de entrada para la obra luterana en este país.
6. Los luteranos en Costa Rica 1963- 1970
En Costa Rica la Iglesia Luterana llegó como resultado del programa radial "Cristo para todas las naciones", conocido como la “Hora Luterana”. Este se hizo tan popular que de las repúblicas centroamericanas era en nuestro país donde había más oyentes, y donde un mayor número de personas mantenían correspondencia regular con la oficina sucursal en Antigua, Guatemala.
Considerando esta situación, se le encargó al pastor Kenneth Malher las misiones en Costa Rica y Panamá, consecuentemente se tomaron las medidas necesarias para adaptar a los nuevos pastores a las exigencias de la teología y tradición litúrgica luterana.
Se estableció un departamento de formación y se trajeron maestros conocedores de las materias y aptos para enseñar. De hecho, uno de los mayores logros para la iglesia, a mediano y largo plazo, como parte de la naciente Comunidad Teológica de México, fue el hecho de establecerse una casa de estudios, que luego paso a ser seminario, .
A partir de ahí, se puso a disposición una formación académica en todo lo relacionado con teología y pastoral que le haría honor a la centenaria tradición luterana para los estudiantes provenientes de toda la región norte del continente.
7. Con carácter ecuménico
La Iglesia Luterana Costarricense, desde su fundación, fomentó y llevó a cabo diversas actividades de carácter ecuménico. Uno de estos signos ecuménicos, se realizó el 29 de octubre de 1967 cuando el rector del seminario católico asistió al servicio de colocación de la primera piedra del nuevo templo luterano en Curridabat.
Muchas de estas acciones, más que venir de la Iglesia Católica oficialmente, eran motivadas por un grupo de sacerdotes abiertos a las nuevas corrientes dinamizadoras del Vaticano II y de Medellín. Ejemplo de ello, lo fue la participación de sacerdotes el 29 de octubre de 1968 en una marcha a favor del fuero sindical, así como en las concentraciones de trabajadores el primero de mayo de los años 1969,1970 y 1971, donde entre los principales oradores eran sacerdotes.
Cabe destacar que en todo este periodo, la Iglesia Luterana no tuvo un fin de captación de feligreses, explícitamente, sino que se limitaba a atender en la formación y cultos aquellos que por su propio interés asistían a las actividades que se llevaban acabo en la congregación en Curridabat.
8. Reafirmación de la dimensión ecuménica luterana (1970-1975)
En este periodo la Iglesia Luterana continuaba con su quehacer pastoral principalmente en relación a su membrecía pero con una presencia activa en el movimiento ecuménico. Las experiencias ecuménicas con la participación de católicos romanos, metodistas, anglicanos y luteranos marcaron profundamente a los líderes de la Iglesia Luterana Costarricense.
Otra de las áreas de la iglesia la constituyó un incipiente trabajo de formación ecuménica con pastores pentecostales de la región Atlántica del país.
Asimismo, a partir de la participación de los dirigentes luteranos en luchas estudiantiles universitarias, interesados por conocer más sobre la historia protestante se acercaban a los luteranos manifestan.
También la presencia de la Iglesia Luterana se hizo sentir en la Junta Directiva del Seminario Bíblico Latinoamericano, así como en el Comité Cristiano de Derechos Humanos, donde participaban las Cáritas Católica, la Asociación Cristiana de Jóvenes, la Iglesia Episcopal, el Centro Nacional de Acción Pastoral, CENAP, y diez organizaciones más. Este comité tuvo una acción significativa en la atención humanitaria a los refugiados y al proceso de reconstrucción de Nicaragua entre 1978 a 1982.
9. Crisis de los ochentas: dificultad del accionar pastoral
Para finales de la década de los setenta, y a principios de los ochenta, Costa Rica vivió una de sus más profundas crisis económicas y políticas. Los efectos de una crisis petrolera, de la recesión internacional, y la elevación de las tasas de interés afectaron a esta economía, que no escapaba de las limitaciones del modelo primario exportador, y mantenía una política social, y un Estado parecido a los de los países del primer mundo.
Los términos de intercambio se deterioraron en un 25% entre 1978 y 1982. El mayor indicador de la crisis fue la caída del salario entre 1980 y 1982, en más de un 40%. Además, el desempleo abierto que había permanecido por debajo del 5% hasta 1979, aumentó en más del 9% en 1982.
Así mismo, la deuda pública externa, herencia de los gobiernos social demócrata, llegó a ser de 3117 millones de dólares y la moneda, el colón, se devalúo de 8,60 por dólar en 1978 a 60,28 colones por dólar en 1982.
Todo esto se daba en el marco del triunfo del Frente Sandinista en 1979 y con el recrudecimiento de la guerra en El Salvador y Nicaragua. Constituyéndose así Costa Rica en un espacio vital para los refugiados económicos y políticos que la guerra producía.
A la vez, por el creciente descontento y movilizaciones populares, la Seguridad del Estado costarricense con el apoyo de la Central de Inteligencia de los EEUU, desarrolló diversas estrategias para que los procesos populares costarricenses no siguieran el mismo camino que en los países hermanos, lo que dificultó mucho el accionar pastoral comprometido en los sectores populares.
10. Solidaridad con los movimientos sociales
El movimiento social se levantó. En 1980 se plantearon sesenta y una huelgas, donde algunos sacerdotes y pastores mostraban solidaridad con los movimientos y sus justas peticiones. El gobierno inició una campaña para obstaculizar y expulsar religiosos extranjeros que apoyaban estas luchas.
En 1981, después de dos atentados terroristas, la Oficina de Seguridad Nacional junto a Investigaciones Judiciales y Migración inició una persecución y represión contra sacerdotes, refugiados extranjeros y entidades cristianas. Ni la Iglesia Católica oficial ni los sectores conservadores protestantes se pronunciaron al respecto. Sin embargo, solo diversos sacerdotes y pastores, intelectuales y organizaciones populares levantaron la voz para denunciar las violaciones de los derechos humanos.
La Iglesia Luterana siempre continuó activamente participando en los espacios ecuménicos con los procesos centroamericanos y con los movimientos sociales costarricenses. La mayoría de los dirigentes luteranos se vincularon con organismos ecuménicos y con diversas experiencias de solidaridad y acompañamiento a organizaciones populares de los pueblos centroamericano. pese a que su base principal de trabajo, en Calle Blancos, había casi desaparecido, quedando los pocos luteranos sin ningún espacio físico visible.
A partir de ahí inició un nuevo proceso para reorganizar una nueva fase de la Iglesia Luterana en Costa Rica.
11. Antecedentes inmediatos a la fundación de la ILCO (1988)
En Costa Rica, la obra de Missouri, es decir la Iglesia Luterana de Missouri o el Sínodo de Missouri, el sector luterano de EEUU que había estado enviando misioneros a la región Centroamérica.
Como resultado lógico de toda esta restructuración, los luteranos retomaron contactos con diversas experiencias populares y pastorales, así como con los luteranos de los países centroamericanos, particularmente con la Iglesia de El Salvador.
Esto llevó a plantearse la interrogante ¿Qué modelo de iglesia demandaba las injustas situaciones descritas?. Lo que produjo la necesidad de una Iglesia Luterana en Costa Rica. .
La solicitud de clases para confirmación de los hijos en una de las antiguas familias luteranas motivó la organización del primer culto en julio de 1988, con el apoyo del pastor de la Iglesia Luterana de habla alemana en Costa Rica.
En noviembre de 1988 se constituye la Comunión de Iglesias Luteranas de Centroamérica, CILCA; donde la Iglesia Luterana Costarricense participa como fundadora.
En 1989 se aprobó la ordenación como presbíteros de dos hermanos de la iglesia que venían de la tradición luterana, tenían formación teológica y habían asumido labores de pastores laicos durante este periodo. Se ordenó como presbíteros a los hermanos Melvin Jiménez y Ana Langerak
A partir de ahí, se aprobaron los estatutos legales de la iglesia, instalando así, la primera Junta Directiva.
Así se formó la Iglesia Luterana Costarricense (ILCO), con el fin promover en el país una misión integral donde se predique un Evangelio que llama a construir signos del Reino, a través de la diaconía (acción social) en comunidades populares urbanas y rurales.
Logotipos Iglesia Luterana