A partir del mes de octubre del presente año, se desarrolló en la Iglesia Luterana Costarricense, un proceso de formación en Gestión del Riesgo y Atención de Emergencias. Estas capacitaciones se realizaron con la colaboración de los y las estudiantes del curso de Psicología y Atención de los Desastres, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica.

 Con el personal de la ILCO se realizaron 4 sesiones, pero también asistieron invitados/as de las comunidades en que la ILCO mantiene presencia. Paralelamente se trabajó con la población infantil de Casa Abierta, con quienes se abordaron los fundamentos para realizar su plan de emergencias y un simulacro en caso de terremoto.
 
En las sesiones realizadas en la ILCO, se inició con una reflexión acerca de la intervención del ser humano en los procesos de emergencia ante situaciones de desastres, dejando de lado la concepción de los “desastres naturales”. Además se enfatizaron conceptos básicos de la gestión del riesgo y la importancia de la organización comunitaria para la prevención y mitigación de desastres. Además, se abordó la importancia de conocer los efectos emocionales en las personas ante situaciones de emergencias, la necesidad de conocer nuestras propias reacciones y el trabajo de apoyo hacia las personas afectadas por desastres.
 
El jueves 27 de noviembre, se trabajó con el personal de la ILCO, sobre el plan de emergencias a nivel del edificio. Se realizaron inspecciones por parte de los participantes en los diferentes sectores del lugar, con el fin de encontrar situaciones riesgosas a contemplar en nuestro plan de emergencias. El compartir las observaciones de las personas asistentes, proporcionó un espacio de retroalimentación y concientización en relación a acciones cotidianas en nuestros lugares de trabajo, que podrían convertirse en amenazas potenciales en caso de alguna emergencia.
 
Se mencionaron aspectos como: ubicación inadecuada de muebles de oficina, puertas de salida obstruidas, necesidad de equipo de seguridad como extintores, rutas de evacuación entre otras. Inmediatamente los participantes al taller realizaron algunas acciones que pudieran minimizar condiciones de riesgo en su área de trabajo.
 
A lo largo de este proceso se pudo observar una sensibilización de los participantes, relacionando las temáticas abordadas con las emergencias ocurridas en los últimos meses en Guanacaste, Zona Sur y más recientemente en el Caribe.
 
Este es tan solo un primer paso para un proceso de educación en materia de prevención de desastres. Se necesita lograr una conciencia del riesgo en los diferentes niveles de interacción como la familia, la comunidad, el lugar de trabajo y así lograr una sociedad más segura.
 
Autor: Gabriela Mora.