Iglesia Luterana Costarricense

¿Se podrá hablar de gestión del riesgo sin desarrollo local?

 El programa de emergencias de la Iglesia Luterana Costarricense (ILCO), apoyado por la Evangelical Lutheran Church in America (ELCA), ha venido realizando un Trabajo de Acompañamiento en Sixaola (comunidad ubicada en la provincia de Limón, Costa Rica, es uno de los distritos de cantón de Talamanca), en coordinación con la Asociación de Mujeres de esta zona.

 Esta comunidad ha sido afectada en múltiples ocasiones por las inundaciones (conocidas popularmente como llenas), como por ejemplo la ocurrida en el 2005, que según comentarios de sus habitantes “fue una de las más grandes llenas” ; esta situación se repite año a año.
 
Desde el 2007 se han venido realizando encuentros sobre temas variados relacionados con la gestión del riesgo y la atención de emergencias. Este año, en alianza con la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica y estudiantes del curso de Psicología de la Organización Comunitaria se han realizado reuniones para tratar temáticas como la resolución de conflictos en comunidades en riesgo.
 ¿Por qué resolución de conflictos?

En el tiempo que la ILCO ha venido acompañando el proceso de capacitación con líderes de la comunidad, se ha mencionado la problemática de la falta de comunicación y coordinación entre las diferentes organizaciones, tanto a nivel externo como interno. Sin una integración de las fuerzas comunales todo tipo de desarrollo local se obstaculiza.
 
Sixaola se encuentra en una situación de vulnerabilidad social, dado que su capacidad de afrontamiento a diversas problemáticas está se ve perjudicada por factores socioeconómicos, psicológicos y culturales.
 La población de esta zona sabe que esta comunidad se encuentra en alto riesgo, siendo un lugar inhabitable, sin embargo las autoridades gubernamentales no le dan importancia, pues esta comunidad no es una zona prioritaria de inversión de ningún tipo.
 
Según Jaime Carmiol, del Asentamiento Las Vegas/ Las Palmas, (organización de agricultores), “cuando ésta u otra organización local se acerca a alguna institución del Estado a pedir colaboración, les dicen que no pueden darles apoyo, tal es el caso de IDA (Instituto de Desarrollo Agrario) que dice estar intervenido, además se dice que sus tierras son del gobierno y los títulos de propiedad que los habitantes poseen no son válidos”.
 
"La escuela está siendo amenazada de ser clausurada ya que no cumple las condiciones básicas para la atención de los niños y niñas de ese lugar, pero las puertas de colaboración se siguen cerrando", según menciona Elaine Mora de la Asociación de Mujeres de Sixaola.
 
Otra problemática que mantiene gran tensión entre las personas de esta zona, es el traslado del puente a una nueva ubicación, lo cual dejaría a una parte de la población aislada de una de las principales vías de comercio en este momento. Muchas personas utilizan este puente para trasladarse a trabajar a Panamá, lo cual les brinda el sustento diario a muchas familias de esta zona.
 
La agricultura es otra de las áreas afectadas, una de las principales fuentes de ingresos es la venta de plátano, sin embargo la ganancia se queda en manos de los intermediarios, dejando grandes pérdidas en las y los agricultores.
 
La siembra se enfoca en el monocultivo, quedando menos opciones de mercado, sin embargo como menciona Jaime Carmona: “sembramos ayotes y todos se nos perdieron porque nadie los compra”
 
Es necesario resaltar que las que condiciones socioeconómicas han sido sumamente afectadas por las inundaciones. La reconstrucción y rehabilitación de Sixaola no se ha logrado, las condiciones empeoran cada día, el desarrollo local es casi inexistente, las personas que habitan esta zona no tienen las posibilidades económicas para realizar inversiones y parece que no hay agentes externos interesados.
 
Dentro de esta desesperanza, las y los líderes comunales no se ponen de acuerdo entre sus organizaciones, falta de unión y se mezcla el trabajo comunitario con los problemas personales.
 Todas estas situaciones mencionadas aumentan la vulnerabilidad social de estas personas, sin olvidar que ya se encuentran en una zona de alto riesgo.
 
Es entendible la necesidad de movilizar a comunidades en alto riesgo, pero cerrar las puertas de todo tipo de desarrollo será la manera más adecuada de hacerlo?
 Las personas de esta comunidad sienten que sus derechos se encuentran violentados, muchas personas se preguntarán si ¿será un asunto de percepción o realidad?
 Las problemáticas están muy claras, no así las soluciones

Autor: Gabriela Mora.

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