Un tiempo impregnado de esperanza.
La Iglesia Luterana Costarricense (ILCO) durante el tiempo litúrgico de Adviento reafirma que en el Espíritu de Jesucristo tenemos esperanza. Virtud que nos conforta, anima y fortalece junto a la fe y el amor.
La esperanza es la luz que despunta en la sombras, la certeza de que como un bálsamo se sanarán heridas. Es la caricia en nuestro rostro al contemplar signos de cuidado, justicia, y paz. El cristianismo es espiritualidad de la esperanza.
Actividades litúrgicas y de diversa índole que la ILCO lleva a cabo durante el mes de diciembre son reflejo de nuestra misión eclesial impregnada de esperanza.
Entre ellas: El Festival Cultural Huetar en Quitirrisí, la entrega de diplomas de formación de Artesanas por la Vida, y el diploma a la niñez por la conclusión de catequesis en Alajuelita. También la tradicional Posada Navideña en Oficinas Centrales con la participación fundamental de las personas usuarias del Albergue Bethlehem de ILCO.
Aunado a lo anterior se realizan distintas celebraciones de Adviento en comunicaciones de fe y puntos de misión, entre otros esfuerzos que emprende la Iglesia Luterana Costarricense.
La ILCO también lleva a cabo durante este mes una campaña de recolección y entrega de obsequios para la niñez de comunidades de fe que, junto a actividades litúrgicas acordes al tiempo de Adviento y Navidad, tienen como objetivo alentar la solidaridad, la gratuidad, el encuentro comunitario y la revitalización que se requiere para enfrentar las vicisitudes de la vida ¡Todo ello son signos de esperanza!
En un mundo que pregona que no hay alternativas, donde pululan conflictos, guerras, mentiras e inequidades, la Iglesia Luterana Costarricense está llamada a sembrar semillas de esperanza.
Necesitamos ser iglesia que sume voces contra la injusticia y la indiferencia. Urgida de emprender acciones a favor del cuidado mutuo y la paz que nace de la justicia.
¡Feliz y retador tiempo de Adviento!