Con el fin de enlazar relaciones ecuménicas con la Iglesia Católica, los delegados del Sínodo Luterano de Carolina del Norte, Estados Unidos, y miembros de nuestra comunidad se reunieron con el arzobispo de Costa Rica, Monseñor Hugo Barrantes.

Después de los saludos de bienvenida, los participantes de la actividad se dirigieron a un salón en el interior de la Arquidiócesis de San José, la capital de Costa Rica.

Rompiendo con el silencio, Monseñor Hugo Barrantes empezó el diálogo. Habló sobre la historia del país centroamericano y el contexto en la que se encuentra nuestro territorio.

Además, Monseñor comentó sobre el papel de la Iglesia Católica en la actividad política del país, donde ha asumido el rol de incentivar valores cívicos en los costarricenses.

“En nuestro país cada vez nos alejamos del modelo de democracia social y nos acercamos a un Estado Neoliberal, que muchas veces deja al margen el desarrollo social, pues se interesa más en incentivar el ámbito económico. Esta dinámica aumenta la brecha social entre ricos y pobres”, expresó el arzobispo.

Un esfuerzo ecuménico con la política

Continuando con su discurso, Monseñor Hugo Barrantes reconoció el papel del movimiento ecuménico “las iglesias hemos entendido que son más las cosas las que nos unen. Todas estamos de acuerdo que se debe rechazar la violencia, y abogar por la paz y el diálogo. Hay que agradecer a nuestro pueblo que este escucha a nuestras iglesias”, afirmó.

Barrantes agregó que en Costa Rica todos debemos ser humildes para aceptar que el sistema no es perfecto y por su carácter humano, debemos aprender y tomar en cuenta las experiencias de los demás países.

“Todo sistema necesita reanudarse. Nos había hecho mucho mal creer que en Costa Rica estaba todo bien, nos creíamos Alicia en el País de las Maravillas. Pero poco a poco vimos que el avión se estaba cayendo en materia de educación, salud, justicia”, agregó Monseñor Barrantes.

Elecciones presidenciales

La conversación en la reunión, cada vez se tornó en dialogo, y la participación fue más activa. El tema de las elecciones presidenciales de nuestro país, efectuadas en el 5 de febrero del 2006 fue el eje principal de la interacción.

“Es curioso ver que en este país los carros con banderas y stickers diferentes en cada lado. Es todo lo contrario a EEUU, pues allá o se es republicano o se es demócrata, pero no de las dos”, señaló un miembro de la delegación.

“Es propio de la idiosincrasia costarricense”, respondió con una sonrisa Monseñor. “Apreciamos el sistema de nuestra democracia en la medida que asegure la participación de los ciudadanos en las opciones políticas, y garantice a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar sus propios gobernantes”, agregó. Al final de la reunión, el Obispo Bolick, expresó que “ante la actual coyuntura los obispos estamos llamados a ofrecer a las comunidades cristianas, y a todas las personas de buena voluntad, algunas orientaciones éticas para conseguir los
anhelos de paz, justicia, y de solidaridad del pueblo.