La Iglesia Luterana Costarricense celebró con esperanza la Semana Santa 2024.
La Iglesia Luterana Costarricense celebró la Semana Santa con la convicción de que en Jesús el Cristo tenemos esperanza de que la vida es más fuerte que las cruces de la injusticia y el sinsentido.
En cada liturgia se hizo memoria de los pilares del Reino que Jesús anunció, y fue un tiempo de reafirmación de nuestra confianza del Resucitado que abre surcos de esperanza en medio de contextos de opresión.
Las diversas comunidades de fe reflexionaron sobre el sentido profético y liberador del movimiento jesuánico, y cómo su presencia real brinda la fuerza para seguir estableciendo signos de su Reino inclusivo y solidario.
Al respecto, el pastor Erick Umaña nos dice en parte de su reflexión de Pascua (Marcos 16, 1 – 8):
“El evangelio de Marcos tiene un final abierto. Ante la revelación del sepulcro vacío las personas son desafiadas a terminar el evangelio de Marcos, dos caminos se bifurcan: o nos quedamos paralizados en la alienación y la indolencia, o caminamos con el Resucitado en los márgenes de la sociedad con la esperanza de que el Reino inclusivo y solidario brota como la semilla de mostaza. ¿Qué vamos a decidir escribir en las páginas de nuestra vida? Es necesario que salgamos de nuestros sepulcros, que dejemos las cadenas a las que nos hemos habituado, porque como dice Pablo de Tarso, “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”(2 Corintios 3:17-18). El Cristo no está en sepulcros blanqueados donde el egocentrismo, los ídolos de este mundo, y las ideologías opresoras se corrompen. Más bien se anunció a las mujeres que Cristo iría por delante a la marginada Galilea, lugar donde empezó el anuncio y vivencia del Reino de Dios. Seamos subversivos, transparentemos el Espíritu de Vida, y descubramos cómo la luz de la esperanza despunta en escenarios de muerte”
Este tiempo de reflexión en torno a la fe ha fortalecido nuestra misión integral. Con la guía de Jesucristo el liberador.
Proclamemos lo que dice el salmo (Salmo 118:16) “¡La diestra del Señor es excelsa! ¡La diestra del Señor ha triunfado!”
“¡Aleluya! Cristo ha resucitado”, respondamos con coraje y esperanza: “¡Es verdad! El Señor ha resucitado ¡Aleluya!”