El encuentro se inauguró en la sede de la Universidad Nacional en Heredia con participación de autoridades académicas de ese centro de estudios y representantes indígenas y de la iglesia luterana de Brasil y Argentina, entre otros, que sesionaron luego en Guápiles, Limón.

Con esta reflexión "aspiramos a acordar una agenda de trabajo para el próximo quinquenio que permita a la iglesia luterana en alguna medida contribuir en la perspectiva liberadora y no ser obstáculo o ser una reproducción de la dominación que han vivido por tantos años los pueblos indígenas", dijo el pastor Melvín Jiménez, representante de la Iglesia Luterana Costarricense (Ilco).

"Dios se manifiesta a cada pueblo y cultura de manera diferente". Una de las principales preocupaciones de la iglesia ha sido colaborar con las comunidades indígenas, respetando su identidad y el mundo de vida de sus tradiciones y creencias ancestrales, afirmó Jiménez.

Áreas de acción

A través de un diálogo interreligioso, en un proceso de comprensión de la cultura indígena, la iglesia luterana ha trabajado en cuatro áreas de acción social que van desde la asesoría jurídica individual y colectiva en materia de defensa de las tierras, hasta la promoción de programas de prevención y recuperación de lo perdido a causa de los desastres naturales.

Durante 15 años se ha fomentado la participación de las comunidades indígenas con el propósito de ayudarles a comprender la necesidad de atreverse a hablar, reclamar por sus derechos y tomar decisiones.

Por medio del Programa de Apoyo a Comunidades Indígenas de la Iglesia Luterana se buscan alternativas para tratar de solucionar los problemas de las comunidades indígenas, como las invasiones no indígenas de sus territorios, daños al medio ambiente, las escasas vías de producción y de crédito y la imposición de esquemas de educación, desarrollo e institucionalidad, se explicó durante el encuentro. En el marco del programa y con apoyo de la Mesa Nacional Indígena, por primera vez se realizó en el país un informe sobre la situación de los derechos de los pueblos originarios de Costa Rica, que fue presentado el pasado 1 de marzo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington.

EN BUSCA DEL RESPETO A LA AUTONOMIA

El documento hace referencia a las limitaciones para la aplicación plena de los derechos individuales colectivos de los indígenas y el problema de la imposición de los estándares no tradicionales en la vida de estos pueblos, a través del sistema educativo y en la forma de gobierno local.

La ILCO también ha promovido otros programas de acción social en agricultura orgánica, educación popular y créditos para la pequeña y la microempresa al fin de mejorar la calidad de vida de estas comunidades, con el propósito de "ir construyendo sobre la experiencia para formar comunidades de fe con rostro indígena", dijo Jiménez.

La Ilco fue fundada en 1988 para promover en el país la misión integral a través de la predicación del evangelio, el compartir de los sacramentos y la diaconía por medio de proyectos de acción social en comunidades populares urbanas y rurales, indígenas, campesinas y migrantes.

"Como iglesia nos interesa en el contexto neoliberal actual ver cual es la visión qué hay detrás de una visión teológica que mediatice y siga reproduciendo los esquemas de dominación hasta ahora impuestos", dijo Jiménez.

También hay proyectos puntuales de acompañamiento en el proceso de recuperación de la medicina natural tradicional, la reconstrucción productiva a partir de lo que producen los indígenas, posicionando su organización, las semillas, y contactos que les permitan a futuro la comercialización justa.
"Hay diversas maneras, dependiendo sobre todo del requerimiento de la comunidad indígenas, lo que ella nos plantea, no lo que la iglesia está pensando, sino lo que la misma comunidad plantea, y de alguna manera tenemos posibilidad de accesar con recursos propios de las iglesias luteranas de los países del norte, de Estados Unidos, que en alguna medida nos colaboran con el financiamiento", expresó Jiménez.

EL PROGRAMA JURÍDICO DE LA IGLESIA LUTERANA COSTARRICENSE

Los Objetivos del Programa: Apoyo a la autodeterminación indígena, Apoyo a su concepción del mundo y Apoyo a sus derechos territoriales El trabajo del Programa Jurídico se concentra a partir de su inicio en la atención jurídica y en el apoyo económico a organizaciones indígenas para la realización de diligencias propias de sus intereses en la capital (gastos de transporte, alojamiento en un albergue, y en algunos casos apoyo económico para movilizaciones masivas o eventos de trascendencia nacional).

Desde mediados de los años 80 ILCO ha realizado labores de apoyo jurídico, en comunidades indígenas. Esta necesidad que canaliza ILCO, surge especialmente luego de una lucha llevada a cabo principalmente por sectores indígenas Ngobes en las que esta entidad religiosa participó activamente. Las acciones del programa se centraron en el enfrentamiento con la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas- (CONAI), en razón de los actos arbitrarios o injustos que realizaba, contrarios a los intereses de las comunidades indígenas con las que se relaciona por el programa

El programa, desde su origen, se plantea la necesidad de crear mecanismos de capacitación. Al formar personas indígenas en el conocimiento de sus derechos, estas asumen paulatinamente esas competencias, para luego constituirse en los/las “promotores/as jurídicos indígenas”.

Según cálculos iniciales, cada año, el Programa se relaciona con aproximadamente 200 personas indígenas, y las labores que lleva a cabo benefician a un promedio de 1500 personas.

Fuente: Artículo en el Semanario www.informa-tico.com . Edición No.72. 17 de Octubre 2005